La Educación
Sexual de la Persona con Discapacidad Intelectual.
La infancia
Cuando nace un
niño especial, los padres están tan involucrados con su estimulación temprana,
el desarrollo motor y del lenguaje, luego con la iniciación escolar, el control
de esfínteres, los hábitos, el manejo conductual, etc que la educación sexual,
termina quedando en un segundo plano, esperando por que el niño crezca para
entonces iniciarla en la adolescencia. El que esta sea la realidad no significa
que sea lo ideal. La educación sexual se contempla desde el mismo momento en
que los padres saben el sexo del bebé, está en el nombre que se escoge y en la
ropa que se compra para él o ella, está en el color o el diseño que usamos para
decorar su cuarto y en muchas cosas más.
En oportunidades, el uso
prorrogado del pañal limita el descubrimiento de los propios genitales por
parte del niño, las mismas limitaciones motoras y poca conducta exploratoria,
se suman a sus características intelectuales, retardando un poco más el
desarrollo sexual y manejo de la información sexual de las personas con retardo
mental, no obstante, el proceso madurativo a nivel biológico es el mismo así
como el aprendizaje de patrones y actitudes correspondientes al sexo al que se
pertenece.
Desde este período evolutivo, algunos objetivos
importantes del programa de educación sexual son:
1.- La exploración y conocimiento del propio cuerpo,
incluyendo las diferencias entre los niños y las niñas. Se parte a nivel
concreto del propio cuerpo de los niños y del proceso de identificación sexual,
para pasar al manejo mediante láminas o dibujos. Se emplean los nombres
adecuados para nombrar los genitales femenino - vulva y masculino - pene y
testículos.
2.- Se introduce el respeto a las partes íntimas
del cuerpo, es decir de la vulva en las niñas, del pene en los varones y de las
nalgas y “culo” en ambos casos. Los padres deben delegar en sus hijos la
higiene de sus propios genitales, “solo ellos deben tocarlos”, “es privado”,
“NADIE debe tocar sus genitales”, cuando el niño aún no tiene la conducta
adecuada para asear sus genitales, entonces se debe llevar su propia mano hasta
que él aprenda a hacerlo por sí mismo, este aprendizaje puede acompañarse de la
necesidad de gritar o defenderse si alguien trata de tocar sus partes íntimas.
3.- Mediante actividades como juego de roles,
dramatizaciones, cuentos, etc, se desarrollan y refuerzan los patrones de
conducta femenina y masculina, las conductas y actitudes correspondientes a
cada sexo, desarrollo de vestimenta, juegos e intereses adecuados al sexo al
que se pertenece. Se pueden usar figuras o personas importantes para el
educando en el manejo del proceso de identificación.
4.- Enseñar conductas de
pudor, acostumbrando al niño a estar desnudo solo en su cuarto o el baño,
modelando la necesidad de cerrar la puerta del baño y de NO andar desnudo
delante de otros ni por los diferentes espacios de la casa, igualmente,
respetar este aprendizaje en los diferentes ambientes tales como un paseo, la
playa, la piscina, etc, en donde si no hay un espacio cerrado, se debe cubrir
las partes íntimas del niño con una toalla por ejemplo, enfatizando siempre que
esas son sus partes privadas y que hay que cubrirlas. Una dificultad para las
personas con retardo mental es el poder diferenciar cuando sí y cuando no puede
emitir la misma conducta. Por ello, se deben mantener patrones rígidos en lo
referente al pudor.