martes, 10 de marzo de 2015

La educación sexual de la persona con discapacidad intelectual


La Educación Sexual de la Persona con Discapacidad Intelectual.
La infancia
Cuando nace un niño especial, los padres están tan involucrados con su estimulación temprana, el desarrollo motor y del lenguaje, luego con la iniciación escolar, el control de esfínteres, los hábitos, el manejo conductual, etc que la educación sexual, termina quedando en un segundo plano, esperando por que el niño crezca para entonces iniciarla en la adolescencia. El que esta sea la realidad no significa que sea lo ideal. La educación sexual se contempla desde el mismo momento en que los padres saben el sexo del bebé, está en el nombre que se escoge y en la ropa que se compra para él o ella, está en el color o el diseño que usamos para decorar su cuarto y en muchas cosas más.

En oportunidades, el uso prorrogado del pañal limita el descubrimiento de los propios genitales por parte del niño, las mismas limitaciones motoras y poca conducta exploratoria, se suman a sus características intelectuales, retardando un poco más el desarrollo sexual y manejo de la información sexual de las personas con retardo mental, no obstante, el proceso madurativo a nivel biológico es el mismo así como el aprendizaje de patrones y actitudes correspondientes al sexo al que se pertenece.

    Desde este período evolutivo, algunos objetivos importantes del programa de educación sexual son:

1.- La exploración y conocimiento del propio cuerpo, incluyendo las diferencias entre los niños y las niñas. Se parte a nivel concreto del propio cuerpo de los niños y del proceso de identificación sexual, para pasar al manejo mediante láminas o dibujos. Se emplean los nombres adecuados para nombrar los genitales femenino - vulva y masculino - pene y testículos.

2.- Se introduce el respeto a las partes íntimas del cuerpo, es decir de la vulva en las niñas, del pene en los varones y de las nalgas y “culo” en ambos casos. Los padres deben delegar en sus hijos la higiene de sus propios genitales, “solo ellos deben tocarlos”, “es privado”, “NADIE debe tocar sus genitales”, cuando el niño aún no tiene la conducta adecuada para asear sus genitales, entonces se debe llevar su propia mano hasta que él aprenda a hacerlo por sí mismo, este aprendizaje puede acompañarse de la necesidad de gritar o defenderse si alguien trata de tocar sus partes íntimas.

3.- Mediante actividades como juego de roles, dramatizaciones, cuentos, etc, se desarrollan y refuerzan los patrones de conducta femenina y masculina, las conductas y actitudes correspondientes a cada sexo, desarrollo de vestimenta, juegos e intereses adecuados al sexo al que se pertenece. Se pueden usar figuras o personas importantes para el educando en el manejo del proceso de identificación.

4.- Enseñar conductas de pudor, acostumbrando al niño a estar desnudo solo en su cuarto o el baño, modelando la necesidad de cerrar la puerta del baño y de NO andar desnudo delante de otros ni por los diferentes espacios de la casa, igualmente, respetar este aprendizaje en los diferentes ambientes tales como un paseo, la playa, la piscina, etc, en donde si no hay un espacio cerrado, se debe cubrir las partes íntimas del niño con una toalla por ejemplo, enfatizando siempre que esas son sus partes privadas y que hay que cubrirlas. Una dificultad para las personas con retardo mental es el poder diferenciar cuando sí y cuando no puede emitir la misma conducta. Por ello, se deben mantener patrones rígidos en lo referente al pudor.

 

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